Se acerca el verano. No
será malo recomendar alguna de esas novelas que se leen de tirón, con mucha
facilidad y que, si no nos ponemos excesivamente exigentes en los detalles,
pueden ser un complemento ideal para los ratos de sol, los ratos de sombra,
descansar un ratito con algo interesante, bien escrito, con una dosis bastante
aceptable de suspense y otra de “negritud”.
Así es “Margen de error”
de Berna González Harbour.
Para que hagáis un poco
de boca os dejo tres textitos entresacados de ella. El último pensando
especialmente en los que vais a terminar el curso con preocupaciones más serias
sobre los caminos de la educación y los entresijos de los políticos, empeñados en cargársela.
“Lo llamaron “Plan Futuro”. Grandes planes de
futuro y adaptación para un universo nuevo… Nuevas sedes, nuevos nombres para
los cargos, traslados de gente… Ya sabes cómo es el mundo de los negocios: Si
tienes que hacer algo desagradable, envuélvelo bien, dale un nombre, intégralo
en una filosofía nueva, véndelo como si hubieras encontrado el Potosí. ¿Te
tengo que contar todo ese rollo.”
"- Varios amigos míos trabajan allí por
trescientos euros al mes. Cobran una mierda, pero se enteran de todo. (Están despidiendo a los trabajadores que llevan muchos años.)
- Me da que tendrán futuro.
- Uno brillante. Cuando se carguen a esos
veinte mil que cobran dos mil euros al mes, entrarán ellos por seiscientos.”
“- Tía que en mi cole quieren que vengas a
hablar. Que si nos puedes venir a contar cosas de tu trabajo, de ser policía y
eso.
Amargamente sonrió. Cuánta candidez. Tenían
charlas preparadas para las escuelas. La persecución de los bandidos, el
respeto a la ley, el mundo dividido en buenos y malos, la eficacia policial,… Y
en ocasiones, se lo había llegado a creer.”
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