El
suplemento “Territorios”, de El Correo se preguntaba el sábado cómo se reparte el precio de un
libro. Y daba estas cifras aproximadas: 25-30% para la fabricación física del
libro; 10% para los derechos de autor (5% en los libros de bolsillo; 10% de beneficio
del editor; y 50-60% de costes de distribución.
Yo he
pensado rápidamente en la continua acusación de robo a lo que se suele llamar
“pirateo”, o sea a bajarse un libro vía Internet. Un cálculo muy rápido permite
comprender que un libro digital, en el que los gastos de fabricación y de
distribución se aproximen a cero, podría costar menos de 4 euros en su versión
“novedad-tapas duras” y alrededor de un euro en su versión “libro de bolsillo”.
¿Por
qué no ponen los libros electrónicos a estos precios? ¿Por qué no se atreven a
hacerlo a ver qué pasa?
Y,
mientras tanto, ¿quién es el pirata?
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