martes, 14 de noviembre de 2017

Problemas de viejos

Era una conversación intrascendente, de las que se tienen tomando una caña.
En un momento que ahora no lograría aislar, sin que yo recuerde por qué, él se dirigió hacia mí y (poned aquí tono de voz de “condescendencia con el abuelete”) me dijo:
- Pero si vosotros no tenéis ningún problema. Loa mayores tenéis todo resuelto ya.
Pude repetir por enésima vez un encogimiento de hombros, una sonrisa forzada y un silencio aquiescente (ese bajo el cual escondo muchas veces un “será gilipollas este tontodelculo”).
Pero, no. Debía andar yo caliente, y eso que aún era la primera caña de la tarde. Así que el discurso me salió fluido, sin cortes, sin que nadie se atreviera a interrumpirme:
-Pues mira, por ponerte algún ejemplo: la corrupción política; la inflación, el paro y la precariedad del trabajo; el agudizamiento de las desigualdades sociales; el auge de la ultra derecha; el aumento del número de pobres; el elevado riesgo de exclusión social; el control de la economía por las grandes fortunas, las multinacionales y los bancos; la escasez de vivienda a precios asequibles; un sistema de educación clasista y utilitarista; la desigualdad de las mujeres, de los inmigrantes, de los menores excluídos; la polución y el cambio climático; la discriminación de las minorías étnicas; el encarecimiento de la electricidad y la gasolina; la poca credibilidad de la prensa; los modelos a imitar que nos propone la televisión; el escaso compromiso con el cambio de todo lo que antecede; …
(Silencio)
O, ¿es que nos habéis echado fuera de esta sociedad?
(Más silencio)
Claro que luego tenemos problemas que parecen ser más específicos de los viejos: la devaluación progresiva de las pensiones; pensiones “de risa”; la escasez de residencias; unos servicios sociales pobres y poco profesionalizados; la ayención tardía y deficiente de Osakidetza;…
Pero, estos son problemas que los de 30, 40 ó 50 años compartís con nosotros, ¿no? O, ¿de quién tiráis para aguantar vuestras crisis y necesidades? o ¿quiénes nos vais a aguantar cuando llegue el tiempo de hacerlo?
(Más silencio. Todo silencio)
¿O crees que la primera vez que me pagaron la pensión de jubilación, me dieron el título de “el tonto del pueblo”?

La tertulia en torno a la caña se había echado a perder, así que me levanté y me fui. No sin antes haber pagado mi consumición.

Aviso para sociólogos: muy pronto, si no ya ahora, el tramo de edad “65 años y más” no servirá para afinar en los análisis de la realidad. No estamos para semejante reducción.

1 comentario:

  1. Joder, pobre víctima (el otro, por supuesto).
    No has completado el cuadro ¿Qué cara puso? ¿Qué hizo? ¿No te invitó siquiera?

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