A
sabiendas ya de por dónde van a discurrir los próximos derroteros de la
política nacional, me imagino las redes plagadas de paralelismos entre Halloween
y el próximo gobierno. Lo han puesto tan fácil…
Así
que me evitaré forzar la imaginación para encontrar el mejor y más ingenioso de
ellos.
Me
queda la necesidad de no dejarme en el tintero un par de reflexiones-deseos
que, con todos los indicios que ya había de lo que iba a pasar, se iban sumando
en mi interior a la rabia de que esto sucediera.
El
primero tiene que ver con el PSOE. No me gustaría nada que se deshiciera, que
se fuera al traste, que se desintegrara, como algunos están ya vaticinando. Al
contrario, más allá (¿y al margen?)de Susana, de Felipe, o de Sánchez, debe encontrar su
sitio, que seguro que lo tiene, allí donde lucha de clases, política y
organización se encuentran.
Que
no es fácil, seguro. Que hay muchas trabas para que ocurra, igual de seguro.
Pero, a mí me gustaría volver a conocer un PSOE airoso, de izquierdas, fuerte.
El
segundo deseo-reflexión tiene que ver con ese Podemos bicéfalo, que no sé dónde
acabará. Por un lado una cabeza incendiaria, desmanteladora de todo para crear
algo nuevo; por otro, una cabeza más “tranquila”, reivindicativa a más largo
plazo. Al fin y al cabo son las dos cabezas que yo (y posiblemente tú) llevo
dentro. Esas dos cabezas que luchan entre la “revolución" y la “transformación”.
Su
diálogo puede ser lo más fecundo que le pueda ocurrir a la política de este
país, de Europa, y del resto. Pero, para ello tendrá que ser verdad que no hay
personalismos, que no hay castas, que no se trata de vapulear al contrario,
sino de encontrar lo mejor para todos. Y, si esas dos cabezas consiguen conciliar
un diálogo que busque, sin a prioris (o con pocos, los justos) la mejor postura
en cada momento, único y distinto, entonces volveré a contar con ellos y ellos
conmigo.
Más
no puedo ofrecer, porque no tengo.
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