La
conciliación familiar, la adolescencia y sus “libertades”, la relación
materno-paterno filial, la construcción de las ciudades, su
decrepitud-obsolescencia, los límites entre el sueño y la demencia, la
violencia de género, la comunicación en un mundo marcado por la Red, el lugar
de los medios (cada vez más omnipresentes porque ya sólo necesitan un
teléfono), las relaciones jerárquicas en el trabajo, la labor social con los “desprotegidos”,
y algún otro asunto más van recorriendo “Monstruos rotos” de Lauren Beukes.
Una novela
bonita, que se lee muy bien, a la que se le puede llegar a sacar mucho jugo,
aunque no esté entre sus intereses el de moralizar. Y una “traca” final
espectacular, monumental.
Con un
lenguaje directo, rápido, sin rodeos, casi novedoso en su utilización del chat
y otros elementos de Internet, resulta una lectura fácil y muy recomendable
para este verano.
Os dejo
cuatro citas de la novela. No porque sean extremadamente significativas, sino
porque a mí me han gustado lo suficiente como para daros un poco de alimento
literario:
“- ¿Te sientas a comer conmigo,
Benjamín? –le dice su padre.
- ¿Tengo que hacerlo?
- Qué va. Podemos comer cada uno en
un sitio distinto de la casa, todos conectados a nuestros aparatos y sin dirigirnos
la palabra”
“Se supone que las actividades
extraescolares han de ayudar a Layla a salir de su caparazón. Como si ella no
supiese que se trata de un servicio de niñera barato para que su madre no se
sienta culpable todo el rato.”
“El colegio no se puede permitir el
mantenimiento de la biblioteca, pero tiene cámara de vigilancia y detectores de
metal. Prioridades.”
“Ambos están en buena forma, pero ya
no son jóvenes. Se nota un reblandecimiento de los músculos. Eso vale también
para sus convicciones. La Experiencia ha desgastado el filo de las verdades
inamovibles en las que creía cuando era más joven”
No hay comentarios:
Publicar un comentario