En aras a no politizar el deporte y a que política y deporte ni siquiera se mezclen, TODAS las autoridades políticas han decidido no acudir al palco y pagar, cada uno de su bolsillo, su propia entrada para ver la final de la copa DEL REY (que éste no es ninguna institución política. No confundamos).
Esta vez se ha tomado una decisión correcta, que, si bien elimina la libertad de palabra, respeta y potencia la libertad de mercado.
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