Os lo dejo aquí y, si la técnica no me juega una mala pasada, se quedará permanentemente entre las "páginas" que aparecen en la columna de la derecha.
Retraso acumulado
Primero fue el saludo
del hombre de la mirada triste. Interrumpió su marcha para preguntarse de qué
conocía aquella mirada. Luego, la mujer gorda ocupó todo el espacio de acera
disponible y no la dejó pasar. Aceleró el paso.
Desde la cancela del
metro vio cómo se alejaba el tren que debería haber cogido. El panel de
información indicaba que faltaban 6 minutos para la llegada del próximo.
Cuando se bajó en la
estación que combinaba con la parada de autobuses ya sabía que había perdido el
último del día. Corrió, pero sólo para ver las luces traseras del autobús
alejándose por la carretera.
Aquel día ya no llegaría
al pueblo.
A media mañana del día
siguiente comenzó su viaje. La carretera se llenaba de coches, que se
desplazaban al campo, para pasar el fin de semana. Los atascos aumentaban el
retraso acumulado del trasporte público. A ese paso no llegaría antes de que la
administración de lotería cerrara sus puertas y se quedaría sin poder jugar al
número al que confiaba su suerte desde hacía varios años.
Llamó a su hermana en el
pueblo, pero el teléfono estaba fuera de cobertura. Buscó en un billete pasado
de fecha el número de la administración y lo marcó con ansiedad. Al otro lado, una
melodía sonó una y otra vez sin que hubiera respuesta. Ella no podía saber que
en aquel mismo instante el empleado estaba concentrado en contar los décimos
que le quedaban y el dinero recogido en las ventas, para cerrar la caja de
aquella semana.
Sólo le quedó la
resignación y la intranquilidad.
Tampoco aquel sábado su
número salió premiado.
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