Tarde de domingo con cero grados en el exterior y buena leña
en el interior. Día de quedarse congelado, el de hoy. Claro que en Bilbao, el
mediodía que os dado el basket habrá sido bastante más duro que este frío y la
nieve (la que cayó ayer, más que hoy).
He empezado la mañana patinando, literalmente, sobre un suelo
helado y ha habido varios momentos próximos a la congelación a lo largo del
día, pero lo que en verdad me ha dejado gélido ha sido la lectura del periódico.
El Correo digital (el otro no se ha acercado por aquí)
proclamaba, una vez más, en grandes caracteres, mi (nuestra) estupidez… o quizás el absoluto
desprecio de algunos que se dicen periodistas por quienes pagamos (¿por qué?) su
insulto a nuestra inteligencia. Se trata de un artículo escrito por un tal David
Valera, que no tiene desperdicio (el artículo).
Decía el titular:
Los contribuyentes con rentas entre los
12.000 euros y los 21.000 euros lograrían aliviar la mitad del ahorro medio.
Y, como el titular cumple con la característica de que apenas se entiende, éste era su primer párrafo:
"Saber aprovechar las deducciones o exenciones que ofrece el sistema
tributario mediante una buena planificación fiscal puede permitir un ahorro
medio de 3.200 euros en la próxima declaración de Renta, según la estimación
realizada por el Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha). Eso sí, ese ahorro
no es igual para todos los contribuyentes. De hecho, los principales
beneficiados son aquellos con unas rentas más altas, mientras que las personas
con ingresos inferiores deben conformarse con cifras de ahorro más modestas.
Según Gestha, esto es así porque la reforma fiscal de 2015 estuvo pensada para
favorecer a los altos patrimonios."
O sea que, los 8,6
millones de pensionistas (6,3 millones de ellos jubilados, cuya pensión
media se sitúa en casi 15.000 euros anuales) y los3.335.924 de parados (registrados
en julio del 2017) – para una población de 45 millones y medio de españoles- ,
sólo necesitamos una “buena planificación
fiscal”.
Tontos, que somos unos tontos.
¡Cómo me gustaría echarme a la cara a ese tal David!. 3.200
euros de más que vamos a pagar en nuestros impuestos por tontos, que somos unos
tontos.
Luego, seguía otro artículo del mismo experto periodista en
el que se nos brindaban seis consejos fiscales. No me ha dado más que para
echar una rápida ojeada por encima: mi cerebro padecía congelación de segundo
grado y no funcionaba ya.
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