De
vez en cuando veo el programa de Wyoming en la Sexta. Cada vez con menos
frecuencia. Porque resulta aburrido, por reiterativo, por ya oído y visto, por
ya conocido, porque de una misma noticia sólo cambian los nombres de los impugnados, los detenidos,
los imputados, los investigados, … y las cantidades (siempre superiores a lo
que yo tendré en lo que me queda de
vida).
Anoche
lo vi. Era mi primera opción de tele después de la cena. Reconozco que lo hice,
más que nada, porque estaba ansioso, expectante, divertido de antemano, con la
venganza a flor de boca.
Suponía
que se cebaría en Marhuenda. Sobre todo después de haber leído en el diario.es, a propósito de sus insultos a una mujer. esto: El director del periódico
conservador ha querido dejar claro que "no se trata de machismo"
porque tiene "hijas". Había buena carnaza.
Pero,
en la primera media hora larga (hasta que cambié de canal) sólo una breve
referencia a su obligada declaración ante el juez.
¿Será
que Marhuenda, además de otras muchas cosas (y de otras muchas fuentes de
ingresos) no deja de ser uno de los tertulianos habituales de la Sexta? ¿Uno de
los tertulianos más necesarios en sus programas-tertulia porque siempre resulta
“interesante”, histriónico (en sus palabras más que en sus gestos), un buen “acicate”
para que no decaiga?
“Ya
conocen ustedes las noticias. Ahora les contaremos la verdad”. Toda la verdad,
no.
Y
hoy, como no podía ser de otra manera, vuelta a la realidad, a toda la verdad. O sea que la
Hacienda bizkaina me comunica que en el año 2016 me corresponde meter en la
caja más de siete mil euros.
Y
mi pobre y débil estrategia financiera apenas me va a proporcionas la
desgravación de un par de cientos de ellos (si tengo bien todos los papeles,
que ya se verá si no me falta alguno).
Hay
que rellenar la caja. La tenemos que rellenar tú y yo. No sea que un día metan
la mano y sólo encuentren telarañas. Los que salen en las noticias de Wyoming
también tienen sus necesidades.
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