lunes, 24 de diciembre de 2018
La novia gitana
Carmen Mola,
seudónimo de alguien de quien, parece, poco más se sabe ha escrito una sola
novela… de momento: “La novia gitana”, con la que ha obtenido un gran éxito,
tanto como para que cuatro editoriales extranjeras quieran publicarla.
La sorpresa
ha sido importante y, fruto de ella, los titulares de prensa que trascribo y suscribo,
evitándome cualquier otra reseña personal:
“¡Poderosa,
original y adictiva! Una nueva voz con un increíble potencial” Y la acercan a
Pierre Lemaitre.
“Absorbente.
De los thrillers más fascinantes y mejor escritos que haya iso en España en los
últimos años…”
“Escalofriante
y terriblemente ingeniosa. Nace un nuevo personaje en la escena policíaca: ¡Viva
la maravillosa Elena Blanco!”.
viernes, 30 de noviembre de 2018
lunes, 26 de noviembre de 2018
La mujer justa y Cara de pan
Sandor Marai escribe “La mujer justa”
en forma de tres monólogos, unos para cada uno de los personajes centrales. A través
de ellos va construyendo la historia de una relación ¿amorosa? (no estoy seguro
de que haya amor en ninguna de las relaciones), la que mantiene el hombre con
sus dos esposas.
A veces el texto parece un ensayo
sicológico sobre casi cualquier tema que se os ocurra, sin que la acción se
mueva. Y entonces me ha resultado interesante, sí, pero densa, complicada,
farragosa y hasta aburrida.
Otras veces la poca acción y la
reflexión sobre ella te coge y no te suelta hasta muchas páginas después.
Está muy bien escrita y,
posiblemente, es una gran novela… de esas que tiene su momento, de esas que no
puedes leer en cualquier fase de tu vida.
En lo poco que incide en lo social
hay una aguda y crítica disección del hombre burgués, que resulta muy
interesante.
Os dejo algunas perlitas:
“Nosotras
conocemos la esencia. Ellos conocen los conceptos. A menudo, ambas cosas no
coinciden.”
“Ha
intentado (el hombre) hacerse indiferente a
los sentimientos mediante la razón, que es como intentar convencer con palabras
y argumentos a un paquete de dinamita de que no explote.”
“A las
personas les cuesta mucho hacerse a la idea de que no hay esperanza, de que
están solas, letal y desesperadamente solas. Muy pocos soportan la idea de que
no hay remedio para la soledad de la existencia”.
“Se
avecina un mundo en el que todo el que sea bello será sospechoso. Y todo el que
tenga talento. Y el que tenga carácter. ¿No lo comprende? La belleza será un
insulto y el talento, una provocación. ¡Y el carácter, un atentado! Porque
ahora llegan ellos, saldrán de todas partes cientos de millones de ellos. Y
estarán por todas partes. Los deformes. Los faltos de talento. Los débiles de
carácter. Y arrojarán vitriolo a la belleza, untarán con brea y calumnia el
talento, apuñalarán el carácter en el corazón. Ya están aquí… y serán cada vez
más.”.
Dejadme que empiece a escribir de "Cara de pan" citando a Carlos
Zenón (Carlos Zanón en Babelia 29/09/18):
“Mientras
andas atrapado en la telaraña de Sara Mesa, te preguntas cómo lo hace, de que está
hecha la substancia esa que te adhiere a sus libros, ese alquitrán que te
mancha mientras la lees y luego, horas y días después de cerrar el ejemplar.
Con Cara de pan vuelve a suceder.
El
argumento de Cara de pan son los encuentros, en un parque, entre dos pájaros
con un ala rota: Casi -llamada Cara de pan-, una cría de 13 años que en vez de
ir al Instituto, donde no se adapta, decide esconderse en ese parque, y Viejo,
un cincuentón acicalado fascinado por la ornitología, y por Nina Simone, que un
buen día aparece y se sienta a su lado”
En la novela muchos temas coleando:
- el acoso escolar;
- la Escuela: “Si seguía faltando, el tercer día como muy tarde llamarían a su casa
para preguntar”. Se plantea Casi. Y continúa: “Siempre es así: los profesores persiguen a los alumnos para que vayan a
clase, aunque en el fondo están deseando que falten para trabajar menos y estar
más tranquilos”;
- la educación: Le han dicho que no
se relacione con desconocidos, pero: “Si
nunca se relacionara con desconocidos, piensa, no avanzaría. Un conocido ha sido
previamente un desconocido, esto es así por fuerza: si fuéramos por la vida
negándoles la palabra a quienes no conocemos, jamás conoceríamos a nadie”;
- los padres “buena gente” y
despreocupados;
- la locura y el control
social:“El Viejo tiene un padreabuelo y
estuvo en un manicomio, tiene un pasado raro y oscuro, ha sido rechazado por
una confabulación de policías de la mente que lo encerraron a la fuerza”;
- la relación entre el trabajo y la
riqueza;
- la violencia contra la mujer: “Los hombres no pueden ser amigos de las
niñas, le han dicho siempre, y aún más: es imposible que un viejo se haga amigo
de una niña, El viejo engaña, tiene intenciones ocultas, intenciones sucias.
Esto es lo natural, no lo contrario, y lo que se diga de este viejo en
minúscula es también aplicable al Viejo en mayúscula, al Viejo concreto, a su
Viejo”.
No os adelanto nada del final. Es una
novela corta y se llega muy pronto a él. Si lo hiciera revelaría más de una
cosa importante y os privaría del placer de seguir, con la mosca detrás de la
oreja, el suspense que poco a poco va creciendo.
Sí os adelanto que en estos tiempos
bien puede ser tratada de políticamente incorrecta. Claro que sólo por policías
de la mente.
jueves, 22 de noviembre de 2018
Creando espacios
Ayer asistí, muy a gusto, en
Otxarkoaga a las “Primeras Jornadas: La ciudad son sus barrios”. Su principal
objetivo era la presentación pública del proyecto “People´s Museum Diego
Berguices”.
Comenzaron con una presentación
sociológica de la relación entre los barrios y la ciudad. Le siguió una
exposición de Eskena sobre las posibilidades del teatro como herramienta de
acción social cooperante en la transformación de la realidad (en este caso el
barrio de Otxarkoaga) en la que se implica. Y luego hubo dos exposiciones sobre
la educación formal (en la escuela) y la “informal” (en la calle).
Cualquiera de las exposiciones podía
haber sido el preámbulo de sendos seminarios sobre dichas temáticas. ¡qué digo:
seminarios!, más bien para hacer un máster en cada una.
Pero, todo ello no era más que la
introducción, el calentamiento para que nos presentaran su proyecto: se
mezclaban las luchas de la clase obrera y la conciencia de barrio, junto a la vocación
inequívoca de ampliarlas hacia el resto de las luchas liberadoras y a otros
barrios hasta llegar a la ciudad y desbordarla (el “Gran Bilbao” no estuvo
ausente.
Al margen del nombre que se le de, se
trataría de crear un espacio en el que tuviera cabida la conciencia histórica
de todas esas luchas y los documentos que la apoyan, y desde el que todas ellas
encuentren apoyo para seguir adelante. Memoria del pasado con vocación de
transformación del futuro.
En medio de todo ello un par de “¿locos?”,
que, por lo que se vio y se escuchó ayer, ni están solos ni quieren estarlo.
Desde aquí mi apoyo incondicional y
mis ánimos.
miércoles, 7 de noviembre de 2018
La tela de araña
Hace varios meses que me digo a mí
mismo que “todo está ya dicho”, que cualquier cosa que escriba en este blog no es
más que repetirme y repetir lo que determinada prensa publica ya sin ninguna
cortapisa y con toda la claridad necesaria. Hace varios meses que mi blog sólo
se alimenta de esas reseñas de novelas que dejan encendido un pequeño rescoldo
de las ganas de escribir sobre tanta mentira, robo, engaño,…
Y hoy… Hoy todos los medios hablan de
ese tema tan manido en la novela negra que es el de la justicia concebida como
una tela de araña que atrapa a todos los insectos pequeños y a la que los
grandes la rompen siempre.
¿Qué me dejan los grandes medios?
¿Hay algo que echo en falta en ellos? ¿”Está todo dicho”? La sentencia del Supremo
es, sin duda, la última (hasta ahora,
que habrá más) exhibición de la araña. Ya ha conseguido lo que buscaba: la
banca no tendrá que cargar con la restitución de lo que ha robado en los
últimos cuatro años (ni en los anteriores, por supuesto) sólo en los impuestos
de sus escrituras (ya sé que el nombre del impuesto es más complejo, pero la
exactitud no es nada importante. Lo que sí es exacto es lo de “sus”, porque las escrituras son
suyas, de la banca. Lo que es demostrado por el hecho de tener que pagárselas al banco si uno las quiere tener en propiedad cuando ha terminado de pagar el crédito o si uno las necesita
para una venta. Pero, esto tampoco lo tengo muy claro, así que cualquiera
de vosotros puede enmendarme la plana. No cambia nada sustancial).
Cierro el paréntesis y voy a lo que
sí echo en falta. No he visto ninguna “traducción humana” de las grandes cifras
que se han barajado. Tengo para mí que, en cuanto empiezan a hablarnos, de
cantidades que exceden con mucho las que nos son habituales, nos aturrullan,
cerramos la razón y la imaginación y nos entra una especie de parálisis cuya
solución dejamos para los especialistas. Así que ahí va una pequeña e
interesada traducción de las grandes cifras a “números humanos”.
Si restituir el dinero robado (lo
demás son eufemismos) le iba a costar a la banca cinco mil millones de euros
(eso dijo la ministra de Hacienda) y la cantidad media a devolver por cada
hipoteca era de dos mil quinientos euros, resulta que los estafados son los
clientes que han firmado nada menos que dos millones de hipotecas.
Si esto ha ocurrido en cuatro años,
cada año la banca española ha robado a los clientes que han firmado quinientas
mil hipotecas (¡ay ese pobre ladronzuelo
al que le piden cuatro años de cárcel por hacer robado un bocadillo!). No nos
despistemos: casi mil cuatrocientos al día.
Y si en cada hipoteca, por
experiencia, sabemos que suele haber implicados más de un ciudadano, si ponemos
que son dos, cada día, la banca española ha robado a dos mil ochocientos
ciudadanas y ciudadanos (no sea que ahora me vengan con tonterías que despistan
el asunto). Léase despacio lo que sigue: la banca española ha robado a dos mil
ochocientos ciudadanas y ciudadanos, un día sí y otro también, incluyendo los
domingos y festivos, durante los últimos cuatro años.
Y los años anteriores, también.
Y si alguien resuelve el problema de
la sentencia con una ley más clara (la ley siempre es oscura para que quepan
interpretaciones), pero dice que no puede tocar lo que ya está hecho, que sepa
que los grandes han roto la tela de araña por donde han querido. Ya se
encargarán de no correr ellos con los gastos que se originen a partir de ahora.
No dejéis, por favor, de leer novela
negra.
Don de lenguas
“Don de lenguas” es una novela
curiosa, porque se trata de novela negra ambientada en Barcelona en los años
50, porque la solución del caso viene de la mano de una filóloga en compañía de
una periodista de sociedad (bodas, bautizos, puestas de largo, y otros eventos
sociales) y porque está escrita por dos autoras: Rosa Ribas y Sabine Hofmann.
Es una novela ágil, que mantiene la
tensión y se lee con mucha facilidad, aunque no creo que llegue a crear “adición”.
Es la primera de una trilogía, de la
que dicen que la segunda es la mejor. Pero no pienso llegar hasta la segunda
(de momento).
Ésta se lee muy bien, es de esas novelas que te sirven para
descansar o para acompañar a ese “pasar el rato sin complicaciones”… con tal de
que uno no se haga mala sangre por cómo fue aquella dictadura, que, en buena
parte, nos tocó vivir.
lunes, 29 de octubre de 2018
El origen del mal
Viene de lejos mi admiración por las
novelas de José Carlos Somoza. Siempre son “distintas”, siempre hay un
componente narrativo que las diferencia de las que podemos llamar “normales”.
La penúltima de ellas (“Croatoan”) me
había decepcionado, pero no lo suficiente como para no estar atento a lo que
pudiera escribir. La última de todas ellas ha sido “El origen del mal”
Es una “novela matrioshka”. Como las
muñecas, una novela encierra y oculta otra, y ésa otra más. Las tres se solapan
a veces, se completan, se explican, se interrelacionan y cuando una de ellas
deja verse al trasluz en otra, en ese momento el lector se sorprende, se
intriga y sigue adelante con la lectura, porque allí debe haber “algo más” de
lo que está leyendo.
Y es que el origen del mal no es
fácil de descubrir, hace falta ir retirando muchas capas que lo velan.
“Miedo
y odio son el origen del mal. Miedo y odio a lo extraño, a lo ajeno, a lo que
no somos nosotros. Pero se trata sólo de oscuridad.
Y
la oscuridad es pequeña en comparación con la luz de las palabras”.
Las dos primeras “novelas-muñecas”
tienen un límite bien definido por la muerte. La última deja asomar a la vida.
“El origen del mal” es una novela que
engancha, que se lee de corrida en pos del enigma (los enigmas) que se abre
desde el principio, es una novela ágil y ligera, pero de una gran profundidad.
Y varias perlas para pensar:
“Nada te hace más verdugo que sentirte víctima”.
“-
Hay un extremo que es bueno – repliqué
-
Es siempre el extremo donde está quien dice eso”
“Dime,
¿qué partido de este país admitiría que no lucha por la justicia social, la
libertad o la dignidad? La gente honrada cree en todo eso, pero los listos de
uno y otro bando les convencen de que esos ideales son prerrogativa de unos
pocos.”
miércoles, 3 de octubre de 2018
El rey recibe
Al terminar de leer “El rey recibe”
me miré en el espejo y vi que se me había quedado cara de tonto. Luego, miré un
poco más adentro y descubrí que rebosaba la sensación de que me habían tomado
el pelo,
Y eso que el principio de la novela
no pudo ser más prometedor. Yo he disfrutado muchísimo (me he reído en voz
alta) leyendo algunas cosas de Eduardo Mendoza. Y ésta prometía. Mucho.
Las primeras páginas eran frescas, irónicas,
con esa mala leche inteligente que él atesora en varias de sus novelas. Y yo me
las prometía felices.
Luego se fue desinflando, luego me
fue mosqueando, después cabreando y, al final, me ha dejado esa sensación que
decía al principio: Eduardo, me has tomado el pelo. Ni aun pensando que esta es
la primera entrega de una trilogía y que, por tanto, algunas historias
empezadas continuarán, ni aún así, merecía la pena el tiempo perdido.
Tenía recogidos algunos trozos buenos
de verdad para escribirlos aquí, pero no lo voy a hacer, el conjunto del relato
no merece que le dedique ni un solo minuto más.
sábado, 29 de septiembre de 2018
No acaba la noche y La investigación
Este último mes ha estado cargado de sol, playa y mar, además de las noticias de todos los días que ya conocéis.
También alguna lectura. Así que dejo constancia de que he abandonado en la página "40" "Habana réquiem" de Vladimir Hernández y de que sí he llegado al final de "La investigación" y "No acaba la noche".
“No acaba la noche” es la primera novela de Cristina Fallaras (2006). Ágil, bien escrita, de fácil lectura, aunque el ambiente en el que discurre el relato me resulta vitalmente tan extraño, que podría estar situado en cualquier lugar del mundo o de la galaxia. Sólo el asunto de la pornografía infantil lo ata a algo que me suena cercano.
Las mujeres, posiblemente, se sentirán más implicadas en la novela: un catálogo de mujeres, independientes, cultas e inteligentes, se desmorona sacando a la superficie dos tipos de mujer: la que sigue dependiendo de un hombre o de los hombres y las que son cómplices de esa dominación o la repiten desde sus propias circunstancias.
La novela tampoco dejará indiferentes a los periodistas investigadores.
Casi con seguridad el mal sabor de boca que deja lo narrado será común para la mayoría de los lectores.
También alguna lectura. Así que dejo constancia de que he abandonado en la página "40" "Habana réquiem" de Vladimir Hernández y de que sí he llegado al final de "La investigación" y "No acaba la noche".
“No acaba la noche” es la primera novela de Cristina Fallaras (2006). Ágil, bien escrita, de fácil lectura, aunque el ambiente en el que discurre el relato me resulta vitalmente tan extraño, que podría estar situado en cualquier lugar del mundo o de la galaxia. Sólo el asunto de la pornografía infantil lo ata a algo que me suena cercano.
Las mujeres, posiblemente, se sentirán más implicadas en la novela: un catálogo de mujeres, independientes, cultas e inteligentes, se desmorona sacando a la superficie dos tipos de mujer: la que sigue dependiendo de un hombre o de los hombres y las que son cómplices de esa dominación o la repiten desde sus propias circunstancias.
La novela tampoco dejará indiferentes a los periodistas investigadores.
Casi con seguridad el mal sabor de boca que deja lo narrado será común para la mayoría de los lectores.
“La Investigación”, de Philippe Claudel es una novela bella por su escritura, de lectura fácil, ágil y amena.
Es, más que otra cosa, una novela enigmática. Con varias posibles lecturas e interpretaciones, exige una lectura más profunda, sosegada e intensa que la que yo acabo de realizar en este ambiente aún de fin de verano, entre el mar, la playa y el sol en un Benidorm, que es, en sí mismo, toda una novela negra.
“La investigación”, si la leéis, no os defraudará. Más aún, si os dejáis llevar por su prosa, casi con seguridad se os hará más de un nudo en la garganta y más de una interrogación en la cabeza.
“Aquella situación no tenía el menor sentido”.
“La vida real no puede desorientarte de ese modo ni poner en tu camino a personajes tan inquietantes como los que desde el día anterior se divertían jugando con él, matándolo de hambre, mortificándolo, haciéndolo esperar, desmoralizándolo, atemorizándolo… Aunque… <<¿Aunque qué?>>, empezó a preguntarse. La vida real, que siempre le había parecido una sucesión monótona y agradablemente aburrida de repeticiones, mostraba quizá, bajo cierta luz o en determinadas condiciones, aspectos insospechados, angustiosos, incluso trgágicos.” Mi perplejidad mientras leía no era menor a la del protagonista de la historia. Un protagonista que llegaba a decir: “Esto no es la realidad. Estoy en una novela, o en un sueño, y encima ni siquiera es uno de los míos, sino el de otra persona, alguien retorcido, perverso, que se divierte a mi costa”.
“A menudo tratamos de comprender lo que se nos escapa con los términos y los conceptos que nos son propios. Desde que se distinguió del resto de las especies, el hombre no ha dejado de medir el universo y las leyes que lo rigen con la vara de su mente y las imágenes creadas por ella, sin percatarse de las limitaciones de su enfoque. Y, sin embargo, sabe perfectamente que un colador no es un buen recipiente para el agua. Entonces, ¿por qué persiste en engañarse creyendo que su mente puede captarlo y comprenderlo todo? ¿Por qué no acepta, por el contrario, que su intelecto es un vulgar colador, es decir, un utensilio que presta innegables servicios en determinadas circunstancias, para acciones concretas y en situaciones dadas, pero que es inútil en muchas otras, porque no está hecho para eso, porque está agujereado, porque innumerables elementos lo atraviesan sin que ni siquiera consiga retenerlos para observarlos, aunque sea unos instantes?”
lunes, 27 de agosto de 2018
Ultimas novelas
Recopilo las últimas lecturas de este mes de agosto. No voy a
tardar mucho, porque salvo dejar constancia de lo leído, poco merece la pena
detenerse siquiera en ello. Pero, al menos, que lo sepáis.
No tardé mucho en abandonar la idea de leer a “los de Bilbao”.
Cuarenta páginas de “Una de del oeste” de Abásolo (todavía en Bilbao) fueron
suficientes para desecharla. Otro tanto ocurrió con “Sindy la colegiala”
(primer título de la serie Bellón) de Julián Ibáñez y con “No más miedo” de
Erika Jong (por el morbo que me producía saber qué había sido de aquella mujer
que escribió el famoso “Miedo a volar”).
Luego llegó el turno de “Verano en rojo” de Berna González
Harbour, que tan buen sabor de boca me había dejado con su “Los ciervos llegan
sin avisar”. Pero, esta vez, aunque la técnica que utiliza y la adición que
provoca su lectura es casi tan interesante como las de “Los ciervos…” (podéis
verlo en mi blog del 20 de abril), esta vez, decía, me cuesta mucho creer esos
conventos, esos frailes… Diría que son una mala caricatura y que poco favor
hacen al análisis (aunque sea novelístico) de la pederastia en la iglesia.
Por último, acabo de leer “Vengaré tu muerte” de Carmen
Riera. Nada que ver (o muy poco) como aquella “Naturaleza casi muerta”, que me
llevó hasta ella. Es una mala novela, muy sosota, es como si demasiadas veces a
lo largo del relato, que no consigue engancharte, nos estuviera pidiendo que no
nos tomáramos en serio nada de lo que leemos.
Y eso es todo. A ver si tengo un poco más de suerte con lo
que empiece a caer a partir de ahora.
lunes, 13 de agosto de 2018
Hasta salen ecologistas
Domingo. Tarde soleada y calurosa, aunque ya a esta hora ha
bajado la temperatura porque se ha levantado el Norte y el sol ha desaparecido
más allá de la iglesia y del montículo en que se posa.
Los inquilinos de fin de semana ya han marchado y quedamos
sólo unos pocos. Me siento delante de casa a hacer un sudoku en la más absoluta
de las quietudes y del silencio.
Un vecino ha tenido una idea parecida y se sienta “a la
fresca” delante de su casa, muy próxima a la mía. Intercambiamos un par de comentarios
amables sobre la jornada que acaba y sobre las fiestas de la próxima. Y,
después, cada uno a lo suyo, cada uno con su móvil.
No han pasado diez minutos cuando por el fondo del callejón
aparece una familia (padre, madre, hija en el comienzo de la adolescencia, e
hijo de 8 años), llegada desde Cantabria para recordar viejos tiempos y saludar
a los habitantes que otrora conocieron.
De entrada confunden a mi vecino con su hermano, pero no
dudan en quedarse con él para recordar aquellas viejas anécdotas, de las que la
madre y los hijos parecen participar por primera vez.
No hace falta silencio para hacer sudokus.
Luego el niño descubre que mi perra tiene una pelota en la
boca y se la está acercando para que juegue con ella a tirársela. El niño no sabe, ni
tiene por qué caber, que mi perra lo hace con todos e insiste en cuanto ve una
pequeña falla en el posible lanzador. Así que el niño se la lanza una y otra vez,
mientras trata de convencer a sus padres de que le regalen un perro porque “yo sí que voy a saber educarle. Mirad cómo
me la da a la mano. No como fulanito, que tiene un perro y cuando le tira la
pelota no se la trae a la mano”.
Mi pobre perra, que aunque esté muy educada, no sabe lo que
es acabar de correr tras la pelota, jadea. Y se lo tengo que explicar al niño
para que la deje descansar un poco.
Momento que la chica aprovecha para fijarse en otra perra, tumbada
por allí y ¡qué magnífica escena de teatro se perdió por la ausencia de un
dramaturgo inteligente!:
-La hija: Mira, esa
perra sí que es bonita.
- El padre: Sí, pero
esa es una perra de caza.
- El niño: ¿Para qué
quiere un cazador una perra?
- El padre: “El perro
levanta la pieza y el cazador la tumba”
- La madre (intentando
poner un poco de cordura en el asombro incrédulo de su hijo): No te preocupes.
Ya lo entenderás cuando seas mayor. Ahora en un poco difícil”
- El padre: O no lo
entenderá. Ahora los niños salen hasta ecologistas”
“Salen hasta ecologistas”. Hermosa frase para enmarcar. No me
digáis que no. Ojo, educadores, dentro de un mes os van a llegar a la escuela
niños que hasta salen ecologistas. No lo permitáis, por favor. No defraudéis a
sus padres.
viernes, 3 de agosto de 2018
El refugio de los canallas

Para estropearlo más, la novela se vendía con una recomendación de F. Aramburu, que me gusta menos.
Y pocos días antes de terminar mi lectura anterior, mi recelo se tropezó con la noticia de que la novela había ganado el premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra escrita en español, un premio al que también optaban como finalistas Diego Amexeiras, Berna González Harbour, Alicia Giménez Bartlet, o Juan Madrid.
Así que la balanza se inclinó a continuar con mi proyecto veraniego de leer a gente de “aquí”.
En la página 30 me estaba preguntando si no era hora de acabar con el proyecto. Pero, seguí.
Y acerté.
Ésta es una novela muy bien escrita, con algunas páginas de muy bella factura literaria, con personajes muy bien retratados, a los que el lector casi los ve presentes, con esa especie de “deconstrucción” del tiempo, esos saltos en la cronología, que parecen tan de moda, pero que aquí aumentan el ritmo de la narración y acentúan las intenciones del autor, agilizando su lectura.
Es, creo, una buena, buena novela.
Y no me atrevo a calificarla de “muy buena” porque el final casi lo sabemos ya desde el principio, porque al tratarse de una parte reciente de nuestra historia, aunque hecha ficción, le falta un poco de intriga.
Bas ha dicho que "El refugio de los canallas" es su "mejor novela" o "su libro menos malo" y se basa en la historia de ETA desde los años 50 del siglo pasado hasta el 2015.
"Estoy contento de la estructura. Me dio mucho trabajo. Son saltos en el tiempo adelante y atrás, capítulo a capítulo, entre 1942 y 2015. Escogí esta fórmula porque me pareció que esta historia debía contarse así, que era la manera de dar al lector una visión poliédrica y la información completa de por qué actúan los personajes del modo que lo hacen y cómo son por cómo fueron y de dónde vienen", ha explicado el autor en una entrevista a Europa Press.
Pero, no podemos desentendernos de lo que cuenta. No es una historia cualquiera, mejor o peor entramada. Como cualquier contador de historias (político, historiador o novelista) Juan Bas toma partido en los hechos. Como cualquier narración histórica (aunque sea novelada), toma partido en la historia que cuenta.
"Es una historia endogámica, mediocre, pero llena de crueldad y estupidez, sobre el odio que termina destruyendo la vida de dos generaciones", ha dicho Bas.
Y, además, ésta es una novela para hablar, más desde ella, creo, que sobre ella. No va a dejar frío al personal, supongo. Y, si no lo es ya, pienso que se convertirá pronto en lectura obligada en los “comideros” del “mundillo intelectual vasco”.
A mí me gustaría decir tres cosas:
Primero, que Juan Bas tiene mucho empeño en dejar clara su postura, su tesis, tanto como para que el más clarividente (¿y único?) de sus personajes, desde su cinismo casi absoluto diga:
“El guardia civil y el etarra eran dos fascistas de libro, de los que piensan que las patrias existen y que valen el precio de morir y matar por ellas. Ambos, estúpidos y despreciables.
“El patriotismo es el último refugio de los canallas”, escribió el certero doctor Johnson”
Por si acaso, que no nos quede ninguna duda, no sea que alguien no se entere bien.
En segundo lugar diré que me ha resultado, como historia, un mundo excesivamente “cerrado”, endogámico. No he conseguido saber si la novela tiene o no una cierta pretensión de universalizar: “esto, y sólo esto, es lo que ha habido en la historia de ETA y los GAL”. Pero si tuviera esa pretensión, me resultaría excesiva. Y, si no la tiene, me gustaría resaltar que la historia de ETA (y la de los GAL) no puede reducirse a lo aquí contado.
Y, por último, dejar claro que la historia contada (y, supongo, la vivida) es oprimente, desasosegante, vomitiva. Hasta donde alcanza mi recuerdo de la lectura sólo uno de los personajes se “salva”, de alguna manera se queda al margen (si ello es posible): la hermana de uno de los terroristas. En rara, muy rara, coincidencia con “Patria” de F. Aramburu (que tan poco me gustó).
Deberíais leerla.
sábado, 21 de julio de 2018
Otras dos de "Bilbao"
Me ocurre, y estoy seguro de no tener ninguna exclusividad,
que a lo largo del curso (como si aún hubiera cursos) voy dejando pasar novelas
de esas ante las que dices: “qué curioso, debería leerla”. Pero las vas dejando
para “luego”, para cuando haya terminado ésta que estoy leyendo y esa otra que
está la primera del montón”.
Y mañana, decía la canción, es nunca.
Pero este verano no va a ser así. Este verano voy a meterme
con unas cuantas de esas “curiosidades” (y si sigue lloviendo con más de
cuatro).
Entre las curiosidades almacenadas están varias novelas
“negras” que trascurren en Bilbao o sus alrededores. Cada vez hay más. Escritas
por gente “de aquí”. Ojo al dato: cuando
en el “exterior” me preguntan de dónde soy, la respuesta es: “de Bilbao”. Cuando
me lo preguntan en el “interior” yo soy de Sestao. Pues no faltaba más.
Mientras hacía la lista, se aupó a primer término la novela
de Lola, esa mujer de la que ya he hablado en otra entrada anterior, con la que
compartí algún momento de taller de escritura y algunos relatos que nos
intercambiábamos.

El juego narrativo de completar la historia a base de que la
cuenten, sin repetirse más allá de lo necesario para situarnos, sus diferentes
protagonistas me ha parecido un ejercicio literario muy interesante.
Lo mismo que la adjetivación, la presencia de comparaciones y
metáforas (aunque alguna de ellas excesivamente trivial), el amor que “la
narradora” destila por algunos de sus protagonistas (sin ocultarse en esa
siempre falsa pretensión de neutralidad imparcial), ciertas presencias de
secundarios muy bien aprovechada para dar matices a la historia central,…
La historia de Paulina y Pilar, sin ningún tipo de concesión
sentimental a los buenos deseos del lector, me ha resultado fluida, me ha interesado
y me ha dejado muy buen sabor de boca.
Si hay que ponerle un pero (no sé por qué habría que hacerlo)
quizás es una historia demasiado “redonda”, en la que todo se llega a
comprender y, como un puzle bien construido, no deja ni agujeros ni rebordes
que se escapen del rectángulo final.
Supongo que ésta no será más que la primera de las novelas de
Lola publicadas. Lo espero con cariño.
Javier Sagastiberri es de procedencia guipuzcoana, pero está
afincado en Bilbao. Su primera novela (ya ha escrito por lo menos otras dos)
llevaba por título “El asesino de reinas”.
Veamos: el Athletic, Bilbao y sus alrededores, dos ertzainas
giputxis, crímenes, un poco de morbo, poca literatura, el Athletic, psicología
de andar por casa, personajes lineales, mucho internet, el Athletic.
Mucha filosofía barata y muy poca enjundia en una novela que
nunca recomendaré.
lunes, 16 de julio de 2018
Entre la subida de la pensión e Iberdrola
Ya le han puesto fecha. Ya sabemos qué día vamos a cobrar los
atrasos de la pensión de todo este año. Ya sabemos que a partir del mes de
julio la pensión nos sube. Cuánto hace mucho que lo tengo calculado: unos 17
euros netos al mes (una barbaridad para lo que les va a ocurrir a la mayoría de
los jubilados).
Ya me estaba yo calentando: ¿cambiar de coche?; ¿renovar
algunos elementos de la casa?; ¿un viaje?;…
Pero, resulta que también Iberdrola ha hecho cálculos. Como
muchos de vosotros, pago una cuota fija al mes que se revisa cada cierto tiempo
y se recalcula para los meses siguientes. Pues lo han hecho y les ha dado que
tengo que empezar a pagar al mes aproximadamente lo mismo que van a subir los
ingresos de mi pensión.
Me he quedado más frío que el tiempo que está haciendo por
aquí (ahora mismo llueve y el terreno embarrado es más propio de otras épocas
del año o de otras latitudes, que de un mes de julio en Castilla).
Si yo tuviera ganas miraría cómo han ido los consumos. A ver
si me han subido la cuota porque me he puesto a consumir como un auténtico
derrochador. Pero, ¿para qué voy a andar sacando ganas? Si me va a dar lo mismo.
Hay consumos (de esos que andan todos los días diciéndonos
que se puede ahorrar: agua, luz, gasolina, …) a los que no ponemos mucha
atención porque, por mucho que digan un par de “enteradillos”, son
prácticamente imposibles de controlar. Son opacos, inapreciables a primera
vista (¿cuántos aparatos tienes ahora en casa con el pilotito encendido,
mientras tú ni paras en ella?; y ¿ese calentador, frigo,… que dejas encendido
cuando te vas de vacaciones?;…).
Hay consumos cuyo control es cosa de chiflados. O de gente a
la que no le suben la pensión lo suficiente.
Hay ingresos que tardamos un par de minutos y cuatro neuronas
en recalcular.
Disfrutad del verano, si podéis ver el verano o si os gusta
la lluvia cuando no hace frío. Porque lo que es aquí…
miércoles, 27 de junio de 2018
La ciudad de la lluvia
Después de una mañana de piscina la tarde se ha metido en
lluvia. Así que la climatología me ayuda a no llegar tarde en el comentario de “La
ciudad de la lluvia” de Alfonso Del Río (o sea, antes de que ya no leáis mi
blog porque se ha acabado el curso y antes de que hayáis cerrado el cupo de vuestras
lecturas de verano). Porque ésta es una novela de verano. En el mejor y en el
peor de los sentidos.
Si no os ponéis en plan muy exigente, si no te importa que
haya cientos de detalles que nada aportan al discurrir de la narración y la alargan
innecesariamente…
Si no os importa que esté plagada de ingenuidades, de “lugares
comunes” e incluso con algún “disparate” narrativo, …
Si no os molesta que sea un popurrí de géneros: romántico, de
aventuras, histórico, de espías, policíaco (que no negro), cómico, astracano, …
Si no sois exigentes con el principio de verosimilitud, ese
que dice que las cosas que se cuentan en una novela no tienen por qué ser
reales, pero deben ser verosímiles (posibles) ….
Si os conformáis con que el autor sea bilbaíno, con que la
acción nos lleve por las calles (y las inundaciones) del Bilbao de 1983, con
que uno de los personajes protagonistas sea un futbolista del Athletic,…
Si os olvidáis un rato del lector crítico que lleváis dentro,
… podéis pasar un rato agradable, o sea, perder el tiempo de forma amable. Y,
de paso, recordad que el tiempo, el que tenemos cada uno, nunca se gana,
siempre se va perdiendo.
Bueno, que leer esta novela puede ser tan agradable como
comerse una hamburguesa en un mcdonald, una pizza en algún chiringuito de la
costa o beberse una cerveza en la sombra de una terraza al sol.
Y recordad cuando el tabaco estaba presente por doquier,
incluso en un autobús abarrotado o en la consulta de un médico.
Os dejo, eso sí, una perlilla, para que no todo sea ligero:
“- El fútbol – dice el futbolista – aúna el sacrificio del deporte, la
estrategia de una batalla y la nobleza de una…
- Alguien debería
recordarte que solo eres un tío que se pone en calzoncillos para pegar patadas
a un balón, muchacho”.
jueves, 21 de junio de 2018
Suite francesa
Irène Némirovsky escribe Suite Francesa en 1943, poco antes
de morir (parece porque el escrito aparece en una maleta suya recuperada años
más tarde). Muere en Auswitz, en el campo de concentración al que le llevan por
su condición de judía.
La obra iba a constar de cinco partes y sólo llegó a escribir
dos de ellas.
La primera hubiera sido suficiente para que mereciera la pena
leerla.
Con una ironía sutil a veces, o con palabras directas y
duras, otras veces, con un amplio dominio de la psicología humana, en medio de
unas descripciones del medio ambiente escritas con gran belleza, Irène Némirovsky
no deja títere con cabeza entre los franceses: sean de la ciudad o del campo,
de las clases altas o de las bajas, son presentados como unos simples,
ridículos, individualistas, amorales o directamente inmorales, clasistas.
Es eso lo que le hace decir a uno de sus personajes:
“Cada clase social
debía llevar algún signo distintivo que evitara los malentendidos, como cada
artículo lleva su precio en una tienda”
Y a otro:
“¡Con lo que yo he
visto, Dios mío! Puertas cerradas a las que se llamaba en vano para pedir un vaso
de agua, refugiados saqueando casas,… Y en todas partes, en lo más alto y lo más
bajo, el caos, la cobardía, la vanidad, la ignorancia… ¡Ah, qué grandes somos!”
Irène Némirovsky dejó algunos apuntes de lo que quería escribir.
En ellos opina así de otro de sus personajes
“Corte era uno de esos
escritores cuya utilidad se puso de manifiesto de forma espectacular en los
años que siguieron a la derrota. No tenía igual a la hora de encontrar fórmulas
decentes para adornar las realidades desagradables. Ejemplo: el ejército
francés no ha retrocedido, se ha replegado. Besar las botas de los alemanes es
tener sentido de la realidad. Tener espíritu comunitario significa acaparar
productos para el uso exclusivo de unos cuantos”.
Novela muy agradable, sobre todo en su primera parte que se
lee muy fácil.
miércoles, 20 de junio de 2018
Lola
Esta semana he comprado un libro. En una librería. En papel.
La culpa la ha tenido Lola López de la Calle, que ha escrito una novela: “Melocotones
de viña”. La compra ha sido un pequeño homenaje a ella y a la posibilidad de
que alguien llegue a novelista.
Conocí a Lola y sus casi primeros escritos (que yo sepa) hace
una porrada de años cuando ambos empezábamos a frecuentar un taller de
escritura. Durante algún tiempo formamos parte de un pequeño grupo al que llamábamos
“kedada literaria”, que de vez en cuando – cada vez más de vez en cuando- nos
reuníamos a tomar una cerveza y leernos algo de lo último que habíamos escrito.
Yo sabía que ella (y alguna otra más) había seguido en el
empeño de mejorar su forma de escribir y en el de llegar a publicar algún día.
Yo lo dejé en el momento en que descubrí que escribir era muy duro,
excesivamente costoso y me quedé en esta especie de sucedáneo que es el blog.
Cuando lea la novela la comentaré aquí, claro. Pero hoy eso
no es lo más importante. Poco a poco me he ido haciendo una idea de lo que
significaba escribir una novela. Para hacerlo uno necesita primero tener una
buena historia y luego paciencia, perseverancia y disciplina.
Para escribir una buena novela, además, se necesita “chispa”:
imaginación, dominio del lenguaje, inspiración.
Para convertirte en novelista, es necesario que alguien te la
edite. Y eso ya no depende de ti.
Me alegro de que todo esto le haya podido pasar a Lola. Y
espero alegrarme un día por haber leído su novela. Pero eso será en otra
entrada.
miércoles, 6 de junio de 2018
Binti, La tentación del perdón, y La vegetariana
Voy dejando de un día para otro hacer un pequeño recuento de lo último que he leído Así que ahí va: “La vegetariana” de la coreana Han Kang, “Binti” de Nnedi Okorafor, escritora estadounidense de origen nigeriano , y “La tentación del perdón” de Donna Leon, que no necesita presentación en este blog.
Las tres novelas tienen en común el hecho de estar escritas por mujeres. Dos de ellas tienen una temática común: la búsqueda de la libertad por parte de una mujer y la reacción que provoca en su mundo, un mundo que debe reaccionar ante lo distinto.
Nada más en común.
Con la novela de Donna Leon no he podido. Me he esforzado. He llegado a la página 100, pero me estaba comiendo el aburrimiento. Hasta esa página es sosa, muy sosa. No ocurre nada (o casi) que saque de su rutina a Brunetti, no hay ninguna belleza en su escritura simple, ningún suspense, ninguna (o casi) crítica,…
Binti es una “novelita” muy corta o un cuento muy largo. Pero había leído un par de referencias de Nnedi Okorafor que la situaban en la cumbre de la ciencia ficción actual y esta novela tenía un premio Hugo y un Nébula (que son de los más importantes en ciencia ficción). Hacía mucho tiempo que yo no tocaba ese “palo” y me apetecía.
Si la leéis, no vais a perder el tiempo. Tampoco os va a aportar nada especial. Yo buscaré alguna otra cosa de esta autora porque lo que sí ha hecho es abrirme el apetito.
Y, por último, “La vegetariana” . Extraña, bella, impactante, inquietante. Esta sí que merece la pena.
viernes, 25 de mayo de 2018
Tarde de tormentas
Menos mal que las nefastas temporadas del Bilbao Basket y del
Athleti han tenido la dudosa habilidad de haber hecho que la temporada haya terminado
un mes antes (casi).
Gracias a ello han liberado nuestro interés, el tiempo y las
conversiones, necesarios para poder hacer frente a semejante aluvión de asuntos
como nos han apabullado estos últimos (muy pocos) días.
Ved, si no:
Torra, Turull y compañía; las pensiones y sus manifestantes;
los presupuestos del Gobierno; el PNV, los presupuestos generales y +/- el 155;
el chalet vivienda habitual de los que sí podemos; las manifestaciones de
viejos y las huelgas de enseñantes
(algunos educadores); las lluvias torrenciales y las tormentas; la “nueva”
nacionalidad vasca; la Gürtel y su sentencia; el 155 (sin el PNV, solo); el
verano y las vacaciones que ya están ahí;… para acabar (hoy mismo) en la moción
de censura.
No sé cómo habéis podido soportar tal avalancha y, al mismo
tiempo, seguir con vuestras obligaciones diarias. ¿Cómo se puede sobrellevar esta
dosis sin estar jubilado?
A mí sólo me ha dado tiempo a hacerme preguntas (y quizás a
arrepentirme de alguna decisión tomada antes de que me llegara el conocimiento).
Preguntas como éstas:
Cada uno gasta su dinero en lo que quiere-puede, así que en
cuanto tengáis un rato libre vais y os compráis un chalet. Con piscina, claro. Pregunta: ¿cuáles
son las dimensiones idóneas para que mis hijos disfruten de ella, aprendan a
nadar y no corran riesgos innecesarios de ahogamiento? Que no os llega vuestro
ahorro… entonces la pregunta es: ¿estáis trabajando en el lugar adecuado? O ¿os
pagan lo que os merecéis?
El PNV ha dejado en paso la mayor, ha perdido el envite a
chica, pero ¿qué llevará de pares? Y ¿de juego? Sin olvidar, que son mano
siempre.
Ya sabemos, desde que leemos “noir” (que ahora se dice así),
que la justicia es esa tela de araña a la que no se le escapan los pequeños.
Así que los que han caído eran los pequeños porque no se le han escapado (aún,
que su tamaño es hermosito). Pregunta: ¿quiénes son los grandes? Y, si sabes la
respuesta, ¿dónde se esconden? Y, si también te la sabes, ¿cuándo espabilaremos
los tontos? (ésta ¡vive el cielo que no te la sabes!).
La última: ¿dónde vas este verano?
Hoy las tormentas me encierran en casa y me provocan para
escribir algo de lo mucho rumiado durante la última quincena.
Ánimos para los manifestantes. Quizás, quizás también la “listura”
sea contagiosa. Y preparad lo mejor posible la respuesta a la última pregunta.
lunes, 7 de mayo de 2018
33.000
Apropiado o no, razonable o no, justo
o no, en Bilbao está habiendo un importante movimiento de jubilados (sobre
todo) en defensa de unas pensiones dignas, unos salarios “humanos”, el final de
la brecha abierta en razón del sexo, y algunas otras “minucias”.
Es así.
Y los blogs, a este respecto (como a
todos los respectos) se dividen en tres tipos: los que están de acuerdo, los
que no lo están y los que callan. Y todos, sea cuál sea el tipo, han tomado
partido. Sí. También los que callan. El silencio es una postura tomada, como
las otras: igual de posible, de justa o injusta, de sabia o estúpida, de
miedosa o valiente, de razonable o irracional. Cualquiera de las tres lo es.
Me parece que los blogs escritos o
alimentados por viejos (o si ellos lo prefieren, para que no nos escaqueemos
nadie, por personas mayores) deberíamos decir algo, estar a favor o en contra,
con matices o sin ellos, pero posicionarnos por la palabra, no por el silencio.
Yo no he estado más que en una de las
manifestaciones. No me parecen indispensables, aunque tengo que reconocer que
sin ellas casi no habría ni ruido ni nueces, que sin ellas no se habrían
conseguido esos “caramelitos” (muy importantes y necesarios para algunos de los
pensionistas) que casi con toda seguridad se consolidarán con los Presupuestos Generales
del año.
Me parece que el PNV ha andado muy
listo a la hora de conseguir un buen montón de votos para las próximas
elecciones.
Y creo que el escenario real donde se
juegue este partido será en esas próximas elecciones. A mí no tienen que
convencerme de a quién no se puede votar. Confiaré una vez más en la sensatez
del electorado. Posiblemente volverá a defraudarme. Pero, tengo por seguro que
peor sería si no hubiera ni electorado ni elecciones. De eso ya tuvimos
suficiente ración en un pasado que algunos vivimos y aún recordamos.
Por lo demás, para mí es
meridianamente claro que las pensiones mínimas son una birria inhumana, que las
pensiones medias también lo son, que ninguna pensión debería perder poder
adquisitivo, que deben ser parte de los presupuestos del Estado y financiarse
mediante impuestos (sobre todo de los que deberían pagar algunos que se están
escaqueando de ellos), que no es justa la brecha en razón del sexo, hayan
pagado lo que hayan cotizado a la seguridad social las mujeres en su vida
laboral (que ya lo creo que han trabajado) y alguna que otra cosa que ahora se
me escapa.
Si algún “viejo” necesita un lugar
donde escribir, yo le presto mi blog. Si algún joven lo necesita, que cuente
con él también.
viernes, 4 de mayo de 2018
La pirámide de fango
La
vejez (la mía) es un tiempo maravilloso para romper esas palabras que uno
pronunció para nunca jamás (algunas, que no todas)
Así
que, en cuanto me enteré de que había salido la última investigación de Montalbano,
la última novela de Andrea Camilleri (y algún día tendrá que salir la última) “La
pirámide de fango”, no diré que corrí, pero sí me apresuré a conseguirla,
primero y a leerla, después
Son
tantos los buenos ratos que Camilleri me ha proporcionado, tan interesantes
algunas de sus historias, tan bonitas, lo he recomendado tantas veces, me ha
arrancado tantas sonrisas,… que no podía menos que leerle, aunque sólo fuera
por agradecimiento.
Y
la novela, ¿qué?
Para
los que conocéis a Camilleri nada nuevo: los mismos personajes esta vez
tratando de aclararnos a los lectores, cómo se mueve la mafia, qué hay de la
corrupción de los políticos, el trapicheo de las obras públicas, ….
Lo
suficiente para disfrutar de una nueva novela de Camilleri.
martes, 24 de abril de 2018
La justicia y la araña
La justicia es como la araña: atrapa todas las piezas pequeñas y se le escapan las grandes.
lunes, 23 de abril de 2018
De pensiones, subidas y mentiras
Ayer
el diario.es (https://www.eldiario.es/politica/Partido-Popular-Proposicion-Ley-gobierne_0_763623854.html)
publicaba la enésima “boutade” (ocurrencia, pero en francés que suena más fino)
de Rafael Hernando:
"Los que pedían subida de las pensiones, ahora
que se manifiesten para dar las gracias al Gobierno"
"Nos
pedían una subida del 1% y las vamos a subir el 3%", ha dicho el
portavoz parlamentario de los populares
Y,
como yo no tenía otra cosa que hacer, me puse a pensar:
Este
“señor”, ¿es un jeta?. Porque parece estar ahí para poner cara a lo que casi ningún
otro se atrevería. ¿Es un sinvergüenza? O sea, alguien a quien no le da
vergüenza decir cualquier cosa. ¿Es un desalmado? O sea que dice todo aquello
que no tiene alma, que no tiene ninguna empatía con lo que los ciudadanos
sienten. ¿Es un monigote? O sea, está ahí como el títere que disimula al
verdadero autor de la comedia.
Pues,
al menos, entre tanta pregunta, puedo afirmar que es un mentiroso. Ocultar
parte de la verdad, decir sólo una parte de ella, es mentira. Yo he oído decir
que, si les aprueban los presupuestos, subirán un 3% aquellas pensiones, y SOLO
aquellas que no llegan a 800 euros al mes (hablo de memoria, o sea que quizás
ni lleguen a 800). Pongamos por caso que un pensionista con 750 euros al mes va
a empezar a cobrar 772,50 euros.
También
puedo afirmar que este “señor” no es tonto. Lleva 34 años viviendo de la
política, desde los 21. Es decir nunca ha hecho otra cosa. Y vive bien, o, al
menos, tiene unos buenos ingresos:
“Recapitulamos, en un
mes ordinario, Hernando cobra 2.971 euros brutos que le paga el Grupo Popular,
más 5.536 euros brutos del Congreso. Eso son unos 8.500 euros, más 1.842 euros
libres de impuestos para gastos. En junio y diciembre, con la extra, es el doble: son 5.942
del Grupo Parlamentario Popular y 11.072 euros del Congreso. Eso son 17.014
euros brutos y 3.684, para gastos, libres de impuestos. Unos 20.550 euros entre
las dos nóminas.” (http://www.sueldospublicos.com/texto-diario/mostrar/203857/rafael-hernando-empezo-cobrar-sueldo-publico-concejal-22-anos)
No hagamos más mala sangre en los lectores, que hoy es lunes.
viernes, 20 de abril de 2018
Los ciervos llegan sin avisar
“Yo sólo quería terminar mi puzle,
encajar las piezas”
La novela
llevaba tiempo esperando a que la cogiera… y por poco no la suelto. Menos mal
que soy un lector disciplinado, al menos a la hora de dejar de leer.
Tenía muy
buenas críticas, llegadas desde diversos lugares, y la mía no lo va a ser menos.
Ojo!: “Los
ciervos llegan sin avisar” es adictiva. Quedáis avisados.
Berna
González Harbour maneja estupendamente la técnica: deja una historia en suspense y te
mete en la que parece otra. Tú ya sabes que ambas se van a encontrar en algún
meandro del relato, y no puedes dejar de leer, no puedes esperar.
Es una
novela redonda. Negra. Con un relato que parece ir alejando las dos (o tres)
historias, para ver como se reencuentran al final de una curva del camino, en
medio de una recta de la carretera.
Y de fondo
la crisis económica, los buitres, las amenazas de desahucio, la presencia
insufrible de los usureros, disfrazados de bancarios o financieros.
En resumen
una muy buena novela.
Cambiando:
Esta mañana he conocido la muerte de D. Luis Montes. Era
el presidente de la Asociación “Derecho a morir dignamente” y desde aquí quiero
presentar mi respeto y reconocimiento, así como mi agradecimiento a su labor.
“DMD es una asociación sin ánimo de lucro,
registrada en el Ministerio del Interior con los siguientes fines:
. Promover el derecho de toda persona a disponer con
libertad de su cuerpo y de su vida, y a elegir libre y legalmente el momento y
los medios para finalizarla.
. Defender, de modo
especial, el derecho de los enfermos terminales e irreversibles a morir sin
sufrimientos, si este es su deseo expreso.”
viernes, 13 de abril de 2018
martes, 3 de abril de 2018
Luto por Paco Camarasa
Hoy es un día triste:
Ha muerto Paco Camarasa.
Mi blog se queda sin uno de sus referentes primordiales.
Mis necesidades de conocer las novedades de Novela Negra tendrán que buscar otras fuentes.
Desde aquí mi respeto, mi admiración y mi pésame a su mujer (la librera, la que me hizo decir un día que su juicio me interesaba más que el de Paco), a todos esos autores que le deben mucho de su "carrera", a todos los amantes del género.
Ha muerto Paco Camarasa.
Mi blog se queda sin uno de sus referentes primordiales.
Mis necesidades de conocer las novedades de Novela Negra tendrán que buscar otras fuentes.
Desde aquí mi respeto, mi admiración y mi pésame a su mujer (la librera, la que me hizo decir un día que su juicio me interesaba más que el de Paco), a todos esos autores que le deben mucho de su "carrera", a todos los amantes del género.

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