Julio da sus últimos estertores.
Entre tanto asunto importante (Siria, declaración de
Rajoy, vuelta a los ahogamientos de emigrantes, cifras del paro, corrupción,
corrupción, corrupción,…) algunos asuntos más “domésticos” interesan hoy a mi
blog.
No puedo dejar pasar de largo que hace un par de
días se casó Jon Ander, mi hijo mayor, en una celebración sencilla, cercana,
breve, sin pompas, pero con tanto o más de amor que en cualquier otra. Y eso es
lo importante. Y no seré yo quien suba fotos a la red.
Pero, esta semana ha habido tres asuntos más que
quiero comentar:
El primero, el más rápido de tratar porque nos falta
perspectiva histórica, es esa comunicación de Madina de que abandona la
política, como actividad institucional. Inmediatamente me ha provocado esta
pregunta que ahí queda: ¿habrá puertas giratorias?.

La razón, que todos compartiríamos quizás con
matices, es la molestia que su presencia causa a los que usan la playa. Lógico.
Lo que hacía que la situación fuera absurda es que, dada la climatología, sólo
había una persona en la playa (una playa hermosa – que lo podéis ver en la
foto) y otras dos se bañaban en el mar. ¿Será verdad lo de la molestia? ¿Cuándo
seremos capaces de hacer leyes “flexibles”, de esas que pueden ser útiles para
todos los ciudadanos?
Y, por último, no quiero obviar ese video tan
difundido en las redes de una educadora
social agredida por una “usuaria del centro de menores en el que trabaja”.
LAMENTABLE, claro. A ERRADICAR, por supuesto.
Me permito remarcar una de sus afirmaciones sobre
los chavales: “son dioses sin educación y saben los derechos pero no se atienen
a ningún deber”.
Me siento obligado a proponer a los educadores que
maticen, en un análisis mucho más profundo y correcto, eso de echar la culpa a
los padres. Seguro que parte de la culpa la tienen ellos, pero sólo ellos… ,
fundamentalmente ellos...
Aunque en otro párrafo de su declaración extiende la
culpa a los adultos, al sistema, … necesitamos un análisis mucho más apto para
trabajar.
Y donde ya mis conocimientos-sensibilidades chirrían
es en esa costumbre (¿) de eximir de culpa a los agresores. Esos “usuarios” no
son unos “críos” exentos de responsabilidades, sin capacidad para discernir,
sin criterios para juzgar, sin otras posibilidades que convertirse en
agresores.
No. Ellos son también responsables y deben cargar
con su responsabilidad. Hay que tratarles precisamente como sus padres, los adultos,
el sistema, no lo han hecho, como si no tuvieran ninguna libertad para optar en
sus conductas.
A ver si agosto viene con un poco más de sol (en
nuestras latitudes).