Mucho tiempo sin escribir, Y no porque hayan faltado
asuntos sobre los que hacerlo: Syriza y el vuelco electoral en el
euskobarómetro; la verdad o falsedad de
la recuperación y la salida de la crisis; la terrorífica (¿tendremos que
recuperar el “terror blanco”?) confirmación de que no basta tener trabajo para
salir de la pobreza; nuevas y persistentes corruptelas, mentiras, engaños… y el
mensaje navideño del hermano mayor; los primeros grandes fríos, Sto. Tomás en “el
exilio”; las Navidades y la familia y la inminente llegada de un año nuevo; los
trabajos de construcción en una nueva-vieja casa que me han conducido a
practicar la jubilación en el sector primario; los últimos paseos de senderismo
del año, teñidos por la muerte de alguien que no hace unos meses caminaba con
nosotros; un par de suicidios conocidos en un pueblo de apenas 6.000
habitantes, como es Medina; un par de novelas “acabadas” antes de la página 40;
…
Pero a la abundancia de temas se han impuesto la “falta
de tiempo” (increíble, pero real), la vagancia y la dejadez.
Cuando la cabeza no está en un lugar, hace falta
mucha disciplina para respetar el tiempo y la dedicación debidos a ese lugar. Y
yo ya no estoy para esos trotes disciplinarios.
Sin embargo, la vida sigue, y sigue con muchos
matices. Habrá que sentarse-pararse para degustarlos. Tiempo al tiempo. FELIZ
2015